La Virtud como Perfeccionamiento del Individuo Según John Stuart Mill :: Spanish Essays

ABSTRACT: En esta comunicacià ³n se presenta la concepcià ³n utilitarista de la virtud en John Stuart Mill. El cultivo y la adquisicià ³n desinteresada de la virtud se integran en el proceso de autorrealizacià ³n humana. La virtud es necesaria para la consecucià ³n de la felicidad y para el interà ©s general de la sociedad. Se analiza la virtud en Mill como un sentimiento moral que se trasmite por observacià ³n. Se finaliza con unas conclusiones crà ­ticas sobre esta perspectiva utilitaria de la virtud. En la tradicià ³n à ©tica occidental, la virtud es considerada condicià ³n indispensable del perfeccionamiento del ser humano. De ahà ­ que, en general, los planteamientos que tienen en cuenta la autorrealizacià ³n o el cultivo del individuo, integren un tratamiento mà ¡s o menos amplio de la cuestià ³n de la virtud. Ahora bien, el tema de la virtud puede ser enfocado desde diversas perspectivas que hagan prevalecer un aspecto u otro de la virtud. Estos enfoques dependerà ¡n, en à ºltimo tà ©rmino, de cà ³mo se haya concebido al ser humano. Pues bien, esta es la situacià ³n de nuestro autor, J. Stuart Mill, que desarrolla el tema de la virtud en dependencia de su concepcià ³n utilitarista de la moral, que, a su vez, es consecuencia de su pensamiento en torno al hombre. 1. Contexto de la teorà ­a milliana de la virtud Como buen utilitarista, Mill no lleva a cabo una especulacià ³n completa sobre la naturaleza de la virtud, su tipologà ­a, articulacià ³n interna... Tan sà ³lo està ¡ interesado por su funcià ³n prà ¡ctica, y mà ¡s en concreto por la necesidad que la virtud parece tener como medio para alcanzar la felicidad. El contexto de su tratamiento de la virtud està ¡ expuesto en su artà ­culo "Civilizacià ³n", (1) de 1836, donde describe la moderna sociedad comercial, incipiente en aquella à ©poca. Segà ºn Mill, en la sociedad comercial, el hombre concentra sus energà ­as en conseguir dinero y bienes materiales. La valoracià ³n de las personas descansa no "sobre lo que es una persona, sino sobre lo que aparenta". Este aparentar viene determinado por el cà ºmulo de bienes materiales a los que uno puede acceder mediante su dinero. Como consecuencia de este criterio de valoracià ³n, cada sujeto singular se ve sometido a una despersonalizacià ³n: cae bajo parà ¡metros puramente cuantitativos, "està ¡ perdido en la muchedumbre" anà ³nima, corre el peligro de perder hasta su propia identidad. Mill veà ­a con desagrado que, en este tipo de sociedad materializada, lo que se busca es, ante todo, el à ©xito. Una de sus formas mà ¡s conspicuas era, a juicio de Mill, poder de influir en la vida pà ºblica, a travà ©s del arte de la "charlatanerà ­a", con el fin de conseguir una audiencia cada vez mayor, inundando, con este fin, el mercado de libros y artà ­culos.